Polski en La Habana: pequeños campeones

La revista Excelencias del Motor nos trae este interesante artículo sobre los Polski en Cuba. Unos autos pequeños pero confortables y adaptables a las calles de toda la Isla.
Los autos pequeños como los de la marca FIAT Polaco, conocidos como “ Polski ”, tienen sus espacio dondequiera, en todos los sentidos.

En una de las esquinas, al fondo del amplio y concurrido salón de EXPOCUBA donde se exhibieron tantos autos y motos de varias edades y marcas este 6 y 7 de abril durante el II Salón de Excelencias del Motor, había dos pequeños vehículos, muy parecidos, como si fueran dos hermanos, impecablemente blancos, también con su historia y su linaje.

Era una pareja de Polski (FIAT POLACO 126-P), traídos por Pedro y Ramsés Fernández, padre e hijo, dos mecánicos que llegaron al referido recinto ferial atraídos por la convocatoria de un evento que ya marca pautas dentro de los amantes del automovilismo y el motociclismo en Cuba.

«El Salón de Excelencias del Motor es extraordinario, cada propietario muestra su vehículo y demuestra cómo lo mantiene, conserva y adora, porque esta es una pasión», dijo Pedro, en medio de sus dos autos.

«Este, y apunta para su izquierda, lo tengo hace 30 años, lo cogí nuevo, cero kilómetros y he tratado de conservarlo con todas las piezas originales.

Mi hijo nació y creció dentro de este vehículo, por eso cuando fue adulto se dedicó a la mecánica y se compró su Polski, que es este que tenemos a la derecha.»

Explicó Pedro que el de su hijo sí tiene algunas adaptaciones, como un motor de Fiat 600 y otros aditamentos para que corra más, pero en lo demás está bastante parecido al de él.

En medio de tantos autos de lujo, antiquísimos, no son pocos los visitantes que se llegan hasta la esquina de los «enanos» para fotografiarlos e interesarse por la forma en que los conservan.

Cuenta Pedro que ha viajado hasta Camagüey, ida y vuelta, sin problemas y que se pasó un año y medio viajando a Varadero desde La Habana todos los viernes y regresando los lunes y en ese lapso jamás tuvo roturas, solo limpiarlo, fregarlo y cambiarle el aceite.

Sabe que muchos se burlan de los Polski, los ven como un carro de juguete. «Esas personas, dice Pedo, no han tenido buenos autos de este tipo, a lo mejor los han adquirido con demasiado inventos o no han tenido buenos mecánicos».

«Digan lo que digan, nosotros vivimos enamorados de nuestros «polaquitos», y le aseguro que como estos hay muy pocos en Cuba, nosotros hemos visto muchos, muy buenos también, pero como estos dos, ninguno todavía. Y específicamente como este, el mío, el que lo tiene todo original, menos que menos.»