Pintar en color blanco siempre es un acierto. Es el color perfecto para crear una base neutra y luminosa sobre la que decorar cualquier habitación y con cualquier estilo. Pero también hay que saber usarlo, por qué, cómo y, sobre todo, cuando no hacerlo.
El color más potente para ganar claridad es el blanco porque siempre concede luminosidad a los interiores. Capta la luz exterior y la multiplica porque la refleja (hasta un 90%). Y la luz es una baza de lujo para decorar. Los ambientes luminosos se sienten más amplios y confortables.
Perfecto en espacios mini
Sin correr ningún riesgo. Pintar las paredes de blanco en habitaciones pequeñas hará que no se sienta agobiado. Se produce un efecto de “alejamiento” que no se da con otro color. Si además incorporas muebles en blanco estarás potenciando el efecto aunque luego recurras a textiles de color. Si mantienes una línea de uso de neutros acertarás seguro y solo otras pinceladas más intensas en objetos puntuales.
Blanco sí, porque es refrescante
Junto al azul, el color blanco tiene la capacidad de hacer que un espacio se sienta más fresco de ahí que en verano agradecerás su uso en decoración.
Calma y limpieza
Es un color relajante. No satura, a la vista relaja y ayuda a crear sensación de calma. También transmite limpieza y pureza por lo que en ambientes relacionados con las rutinas de higiene es perfecto. Baños y cocinas decorados en color blanco tienen ese plus.
Pero ojo, cuidado con el blanco puro
El tono blanco puro puede tener contraindicaciones, de las pocas que tiene, si lo usas en interiores muy muy luminosos porque, sobre todo en verano, reflejará tanto la luz que puede resultar molesto a la vista. La solución es sencilla, optar por una tonalidad de blanco roto. Lo mismo ocurre en espacios exteriores o al aire libre que reciben mucho sol.
Ambientes muy básicos, el blanco no resalta
Precisamente porque el color blanco es la base perfecta neutra, que no interfiere en la decoración, si escoges muebles muy sencillos y de líneas rectas, con paredes blancas, entonces puedes sentir el espacio impersonal. La manera de resolverlo si eres de los que quiere un espacio muy neutro pero. que refleje personalidad es introducir texturas o materiales aunque sean en color blanco (papel pintado, ladrillo visto, madera pintada); combinar con algún revestimientos en madera en tono neutro, por ejemplo en el suelo; o romper ligeramente con un mueble que destaque.
Perfecto para destacar una pared protagonista
Esto quiere decir que si quieres crear un impacto visual en una pared, usarla para delimitar un ambiente, para destacar, para poner una nota personal en un espacio… haz que a continuación haya otra pared en color blanco. El blanco potenciará ese protagonismo de la pared en color o revestida.
El blanco en las paredes y techos te permite…
Introducir un suelo potente visualmente. Un hidráulico o una cerámica con estampado o motivos. El blanco tiene el poder de equilibrar. Así, si adoras este tipo de suelos pero te da miedo cansarte, combínalo con paredes y techos en blanco.
No uses blanco con tonos crema
Mucho cuidado con esta mezcla. Si tienes muebles en blanco roto o crema suave, no pintes las paredes de blanco. La diferencia de matices, aunque sean colores neutros, se verá fea, como si se hubiera querido encajar y no se hubiera conseguido. Blanco sobre blanco, perfecto, pero si los blancos tienen matices, entonces el mueble debería apoyar sobre una pared con lago más de intensidad.
En ambientes de fumadores…
No uses el color blanco para decorar las paredes de un ambiente con fumadores porque notarás que pierde su brillo y amarillea en poco tiempo. Si hay fumadores en casa, entonces mejor que escojas alguna tonalidad.
Tomado de la revista Hola