Convivir con tus vecinos puede ser más fácil si se elabora un manual de convivencia. ¡Te enseñamos qué aspectos tomar en cuenta en su elaboración!
La convivencia entre vecinos sigue siendo un gran problema cotidiano. Ya sea en un vecindario o en un edificio, nunca faltan las quejas por ruidos en las noches, fiestas a todo volumen u objetos y desperdicios que estorban el paso. Aunque los reclamos ayudan, en realidad resultan ser momentos tensos e incómodos que todos queremos evitar.
Sin embargo, a diferencia de los vecinos de una calle o vecindario, un edificio permite establecer normas de convivencia que deben ser aprobadas y respetadas por todos. Si bien su elaboración puede ser tediosa e incluir aspectos legales o administrativos, en realidad los dolores de cabeza recaen en definir qué puntos deben ser considerados en su elaboración.
Áreas comunes. El uso de las áreas comunes como escaleras, ascensores, garages, o pasillos debe ser normado, puesto que son espacios compartidos.
Por ejemplo, se puede establecer que dichas áreas deben ser utilizadas por los residentes con fines de circulación, prohibiendo que las usen para otros fines ni que coloquen paquetes o bultos que estorben el paso a otros residentes.
Aunque muchos vecinos quieren adornar los pasadizos con macetas u otros ornamentos, esto es posible si se llega a un acuerdo entre los propietarios de un piso y sin que dichos objetos se opongan a las normas de seguridad. Las zonas recreativas como parrillas o gimnasios también deben ser normadas para su uso y reservas.
Ruidos molestos. La tranquilidad es un detalle exigido por los habitantes de todo condominio. Por ello, se puede acordar en prohibir ruidos en las áreas comunes que alteren la paz de los residentes. Asimismo, se debe exigir respetar la moral y las buenas costumbres y evitar protagonizar escándalos en el edificio.
Sin embargo, se pueden permitir reuniones sociales siempre y cuando estas se realicen en los límites de los departamentos, en horarios definidos (como feriados y fines de semana) y con un volumen moderado.
Mudanzas. Las mudanzas de nuevos propietarios o inquilinos es un tema que también debe considerarse. Se pueden definir horarios para llevarlas a cabo, así como considerar algunas medidas de seguridad y orden. También que los vehículos que transportan muebles pesados no utilicen los estacionamientos y permanezcan en el área externa.
Lo importante es evitar poner obstáculos al tránsito de otros propietarios. Del mismo modo, se debe limitar el transporte de objetos pesados por el ascensor.
Basura. La limpieza es importante para un buen vivir. Con fines de salubridad se puede acordar un horario para recolectar la basura y usar distintos contenedores para diferentes tipos de basura.
Si se incentiva el reciclaje se contribuye con el medio ambiente. Se puede también emitir reglas para que los residentes compriman el volumen de su basura y que no depositen ciertos objetos. Recordemos que los electrodomésticos viejos o los materiales de construcción no deben ser considerados como basura.
Mascotas. Las mascotas son buenas compañeras, pero debemos se responsables a la hora de convivir con nuestros vecinos. Se puede establecer que los perros vayan acompañados por su dueño con una cadena por las áreas comunes.
Es necesario señalar que el dueño debe hacerse cargo de la suciedad o daños que pueda provocar el animal sobre la infraestructura del edificio. Por otro lado, los propietarios deben controlar a sus mascotas para que no causen molestias a sus vecinos. No olvidemos que otros propietarios están en su derecho de quejarse.
Seguridad. Las normas de seguridad son importantes en todo lugar. Para un edificio se debe establecer una serie de recomendaciones. Por ejemplo, que se verifique la presencia de fugas de gas o agua en las viviendas. Los trabajos de limpieza también deben tener normas.
Otro ejemplo sería el cuidado al limpiar las ventanas para que no caigan objetos a los pisos inferiores. Otro consejo es que los residentes deben asegurarse que la puerta principal del edificio quede bien cerradas al salir.
Administración. Para finalizar no hay que olvidar que la administración del edificio cumple un papel fundamental en las normas de convivencia. La administración debe ser la encargada de acordar las normas en conjunto con los vecinos, comunicarlas y fiscalizar su cumplimiento.
Asimismo, debe encargarse de fijar reglas a su personal y definir cómo serán los pagos de cuotas de los propietarios. Esto último sería una regla más para una buena convivencia.
Tomado de proinvernuevomundo.com