Acabas de comprar una casa, y te das cuenta que la disposición de los muebles y equipos puede ser un verdadero dolor de cabeza. Pero un espacio más pequeño o increíblemente grande no tiene por qué ser el fin.
Tampoco tienes que salir corriendo en busca de un diseñador o un arquitecto. Solo necesitas conocer ciertas reglas básicas del diseño de interiores, y tú mismo podrás crear un ambiente bonito y acogedor en tu hogar.
Propósitos. Define cuál es el propósito de cada habitación, pues ninguna remodelación hará tu vivienda más acogedora si el diseño está mal pensado. Para ello, puedes tener en cuenta el estilo de vida, las costumbres de la familia, si se trata de una casa donde convivirán diferentes generaciones, los itinerarios y actividades de cada uno. Nombra los espacios extras que necesites, por ejemplo: un cuarto de juego, o un estudio. En caso de contar con poco espacio, define qué habitaciones puedes combinar (como cocina-comedor, cuarto y estudio). Antes de colocar el mobiliario, dibuja un plano de la habitación y ubica los muebles hasta que encuentres la posición ideal, así no perderás tiempo y fuerzas reacomodando.
Ambiente. Antes de comenzar, piensa qué tipo de ambiente quieres crear, y qué tal te gustaría sentirte en esa casa: calmado o lleno de energía. También es importante definir si se trata de un lugar que podría tener invitados ocasionales, o si será solo para ti y tu familia. A partir de ahí define una gama de colores, colorida o tranquila. Luego, ¿qué materiales y texturas quieres utilizar? Puedes optar por tonos cálidos y naturales, o por el contrario por artificiales. Explota el contraste de tamaños, combinando objetos pequeños y grandes. Esto contribuirá a evitar la monotonía y crear una sensación de vitalidad. No obstante, recuerda que algún elemento debe unir todos los objetos (color, forma, textura, material).
Equilibrio. A veces compramos o alquilamos una casa con poco espacio. La simetría es un elemento indispensable para crear armonía. Pero si tienes un espacio asimétrico, no tienes de qué preocuparte, porque puedes intentar crear una falsa sensación de uniformidad o acentuar las diferencias. Enfócate en un elemento de la habitación (una pintura, una ventana, un adorno, etc) y crea un interior equilibrado alrededor de él. No obstante, siempre puedes agregar algún elemento desigual, por ejemplo una foto vieja o un dibujo infantil.
Color y textura. La temperatura de los colores siempre influye en la armonía de un hogar. Los colores fríos se pueden explotar si tienes una casa cerca de mar o en zonas costeras. En cambio, en una ciudad cosmopolita como La Habana, podrían lucir demasiado impersonales. Siempre ten en cuenta, que los colores cálidos darán una sensación de que el espacio es más calurosa de lo que es en realidad, así que explótalo en áreas ventiladas o con aire acondicionado. No obstante, evita los colores muy vivos en las habitaciones, mejor déjalos para los lugares donde no pasas mucho tiempo. Siempre recuerda que si utilizas un color predominante en la casa, debes combinar con muebles diferentes, para que no parezca aburrido y monótono.
Iluminación. La iluminación es un aliado en cualquier estilo de interiores, pues refleja tu estado de ánimo y puede cambiar el ambiente en cada espacio. Aprovecha al máximo la luz natural, evita las cortinas oscuras, pues en un clima como el de la Isla, no solo pueden acumular polvo, sino que además opacan las habitaciones y aumentan el calor. Compra espejos y colócalos en distintos lugares de la casa, estos ayudarán a aumentar visualmente el espacio. En cambio, las pequeñas lámparas pueden crear un ambiente romántico, por lo que puedes potenciar estas sensaciones comprando velas o pequeñas luminarias con colores.
Detalles. Serán los responsables de convertir tu casa en un verdadero hogar, por lo que debes colocarlos con responsabilidad ya que sus colores y materiales le darán estilo a todo el espacio. Los elementos deben tener algo que los unifique. Por ejemplo, puedes ambientar con diferentes cojines un sofá de color neutro. También puedes dedicar un espacio para exhibir los dibujos o manualidades de tus hijos. Respecto a las ventanas, mejor escoge un color neutro, así podrás combinar fácilmente con el resto del mobiliario en caso de que te aburra la misma decoración. Un detalle: las telas son un elemento que puedes explotar en cualquier espacio, busca colores vivos y explota frazadas, tejidos étnicos, cojines y fundas.
Preferencias. “Entre gustos, no hay disgustos”. A veces quieres conservar un objeto a pesar de que sabes que no combina en lo absoluto con el diseño del hogar. Y de hecho, no tienes que hacerlo. Solamente se trata de encontrarle un buen lugar. Para crear un ambiente renovado, libera las paredes y estantes y recoloca las cosas de una nueva manera sin intentar repetir el orden. Los cuadros o fotografías favoritos, deben ser el centro de la decoración, por lo que puedes organizar los muebles y enfocar la iluminación en torno a los retratos. Explota las esquinas o paredes vacías, así como los lugares en los que pasas mayor tiempo. Si el objeto nostálgico es de hierro o madera, busca contrastarlo con colores que combinen. ¡Verás los resultados!