¿Tu niño va a una guardería?

Muchos padres ven a las guarderías como una forma segura de cuidar y estimular de la atención a los niños pequeños. Pero no siempre es fácil el proceso. En este artículo conoceremos más sobre este complejo proceso y te dejamos algunas ofertas de guarderías no estatales altamente recomendadas.

2. Prevé cuidados alternativos

Uno de los principales inconvenientes de las guarderías es que no aceptan a los niños que están enfermos, desde resfriados, fiebres y enfermedades estomacales que son tan comunes en los niños pequeños. En estos casos tienes dos opciones: Tomarte un tiempo libre para cuidar de tu hijo o asegurarte de que puedes contar con personas que pueden ayudarte a cuidarlo, por ejemplo: sus abuelos o una niñera.

3. Establece una buena relación con el personal de la guardería

Aunque es menos personal que con una niñera o cuidadora de niños, la relación con las personas que cuidan de tu hijo en la guardería sigue siendo esencial.  La persona encargada de la guardería será tu principal punto de contacto: pregúntale cualquier cosa que necesites saber y proporciónale todos tus datos para que te avisen en caso de que haya algún problema. Conoce a los asistentes de cuidado infantil pues son los que van a estar conviviendo con tu hijo en el día a día. Ellos podrán decirte cómo están pasando el tiempo con tu bebé. Habla con ellos acerca de los hábitos del bebé: Cuando duerme generalmente, lo que le gusta comer, qué le gusta hacer, etc.

4. Adaptación a la guardería

¡Tú no vas a dejar solo a tu bebé en la guardería de un día para otro! Todas las guarderías prevén un período de adaptación: una o dos semanas (dependiendo de la guardería y de tu hijo) de pasar tiempo gradualmente en lo que se acostumbra a su nueva forma de vida.

Una buena opción será empezar pasando el tiempo con tu bebé en la guardería, luego dejarlo durante una hora, luego dos, luego de una comida, una siesta y finalmente, un día entero.

Empieza planeando tu período de adaptación varias semanas antes de que regreses al trabajo para evitar las prisas con tu bebé.

5. Mantén enterado a tu bebé de lo que va a pasar

Tu bebé necesita saber exactamente lo que va a pasar. Independientemente de la edad que tenga, debes explicarle que necesitas volver al trabajo y que sólo tiene que estar un par de horas al día en la guardería, pero que siempre vas volver a recogerlo. No te escabullas cuando lo dejes: Siempre hazle saber que ya te vas. No dejes que las despedidas se prolonguen durante mucho tiempo: un abrazo, un beso y te vas. Sé valiente, incluso si llora las primeras veces, probablemente calmará una vez que te hayas ido.

6. Y a relajarte

Los primeros días en la guardería son a menudo más difíciles para ti que para tu bebé.  Tu hijo es muy consciente de tus emociones por lo tanto es muy importante que tú estés lo más tranquila posible para que ellos no sientan tu ansiedad. No tengas miedo de hablar con el personal de la guardería si te sientes molesta o preocupada, hay muchas maneras que te ayudan a sentirte más calmada, por ejemplo, puedes hacer una llamada rápida durante el día para comprobar que todo está bien. También piensa en pedirle a su papá ir contigo a dejar al bebé a la guardería las primeras veces, será más fácil hacerle frente juntos.

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