¿Qué ha pasado con el experimento?

El experimento para regular y mejorar el transporte en la capital cubana, no ha dado los resultados esperados. ¿Por qué?

El primer paso en el experimento para el reordenamiento del transporte del sector privado es que los choferes se presenten a la revisión técnica. Sin embargo, no la tienen actualizada poco más de la mitad de los propietarios de vehículos. De los citados para cumplir esa ordenanza, hasta el 22 de octubre solo se presentaron 1 643, y el 68%  fue desaprobado.

A pesar de que las normas para el trabajo por cuenta propia (TPCP) entran en vigor el 7 de diciembre venidero, hace apenas un mes comenzó en la capital un experimento con vistas al reordenamiento del transporte en el sector privado, que ha generado muchas dudas entre quienes lo ejercen y una reducción en la cantidad de taxis particulares que circulan por las calles, con el consiguiente cuestionamiento entre los clientes.

¿Medida boomerang? ¿Es la misma actitud de aquellos contrapuestos en el 2017 al cobro del pasaje por tramos? Un primer sondeo de este equipo de reporteros indagó con las autoridades pertinentes y, por supuesto, incluyó a protagonistas de dicha experiencia. Primaron en ellos la falta de información, opiniones encontradas que rayan en el escepticismo y hasta hubo quienes se mostraron inconformes con los términos recogidos en la norma jurídica que sustenta el experimento, la Resolución No.175/2018, del Ministerio de Transporte, la cual ofrece a los porteadores tres opciones de licencia para mantenerse en esas funciones: libre, en ruta y auto de alto confort o clásico.

INDECISOS, EQUIVOCADOS…

Tan variadas como las personas que ejercen esa actividad son las respuestas e interrogantes encontradas sobre tan controvertido asunto, que tiene intranquilo a Enrique Aldana, taxista particular.

«Yo no he sacado licencia. Si cae una carrerita, bueno, si no, me voy pa´ mi casa. Esta regulación no me da la cuenta por la cantidad de dinero que hay que abonar. Muchos de los choferes aquí no son propietarios de carros, ¿cuánto van a tener que darle al dueño? ¿Cuánto tienen que reportarle al Estado? ¿Con cuánto se van a quedar? Es preferible entregar la licencia y buscarse otro trabajo».

Otra arista de la situación la plantea Dionel Rodríguez: «No estoy de acuerdo con ninguna de las tres modalidades, pero si me obligan a escoger alguna sería la libre. La Gaceta, que la tengo aquí en el carro, plantea que de esa manera el taxi puede transitar siempre y cuando no interrumpa el trabajo del rutero ni el del alto confort. Pero en la televisión explicaron que no puede coger por la calle 23. Además, el taxi libre tiene dos variantes: territorial y nacional. Con la primera no puedes salir de la provincia a nada, y la otra hay que solicitarla por escrito, eso es un enredo».

Según Francisco Carrión, también porteador privado, «el desconocimiento nos mata, porque ahora mismo yo no tengo claras muchas cosas»; mientras, su colega  Rolando del Sol, jubilado y en estos momentos taxista libre, asegura que a partir de estas nuevas medidas no podrá seguir así, «con la libre no me dejan trabajar en ningún lado. Me he informado con todo lo que ha salido en la prensa, y es imposible que ejerza la modalidad de ruta porque no doy cinco viajes diarios.

«En mi caso voy a entregar la licencia que tengo hace cuatro años. La gran mayoría de mis compañeros no está de acuerdo con esas disposiciones, pues lo que sucede es que el carro no es de uno, y si alguien te dice llévame a la playa o al hospital, no puedes hacerlo. Es como volver a marcar tarjeta. El taxista libre ahora tiene que comprar el combustible al precio del Cupet, casi 300 litros de petróleo, y no puede andar por la avenida. Dondequiera que haya ruta de taxi amarillo uno no puede trabajar. ¿Cómo voy a gastar ese combustible?».

Reflexiona que tampoco le sirve la posibilidad de auto agenciado, pues tendría que hacer una inversión muy grande en el automóvil.

EVITAR EL GATO POR LIEBRE

Con esas y otras inquietudes acudimos a las personas idóneas para esclarecer dudas y ofrecer algunos datos y valoraciones que echan por tierra las conjeturas anteriores.

Maribel Poulot Bravo, directora adjunta de la Dirección General de Transporte (DGT) en La Habana, nos buscó tiempo en su apretada agenda dadas sus funciones y la responsabilidad en este experimento que, reitera, persigue en primera instancia lograr orden, disciplina y control en el transporte privado y que los carros circulen en las condiciones técnicas adecuadas.

«Hasta el 22 de octubre había suspendido el 68 % de los que se presentaron a la revisión y los transportistas no pueden alegar que los tomó desprevenidos, pues se les informó con tiempo suficiente para que prepararan los equipos. Ese porcentaje suspenso tampoco significa que cambiaron los parámetros a medir, sino que simplemente se está haciendo lo que se debe, con rigor. Quienes no aprobaron tienen la oportunidad de volver cuando eliminen las deficiencias detectadas», subraya.

La especialista precisa que, según el cronograma y de forma escalonada, todos los posibles para integrar el experimento fueron citados en una primera vuelta a la revisión técnica, paso ineludible con vistas a obtener la Licencia Operativa de Transporte (LOT).

Aclara que ese llamado es por días establecidos y que a quien no le corresponde asistir continúa prestando los servicios por los cuales le fue expedida la licencia en su poder.

En la norma  –añade– se incluye una segunda convocatoria, que vence el 7 de diciembre próximo, fecha a la cual deben llegar solo los radicados en el municipio de Boyeros, el de mayor potencial de TPCP en transporte.

Respecto a los servicios a ofrecer por las modalidades exigidas en la legislación vigente, señala que la mayor tendencia ha sido para el servicio libre, sin interpretar las nuevas regulaciones, en tanto su finalidad es trasladar al cliente hacia el destino que elija, bajo la ley de oferta y demanda, y no como pretenden algunos, continuar con un tramo o una ruta fija y cobrando indiscriminadamente.

Para quienes alegan que solo están en condiciones de dar uno que otro viaje, Poulot Bravo refiere que la LOT «se expide a quienes solicitan tpcp para cubrir las categorías convocadas, con régimen de trabajo y descanso como establece el Código de Trabajo, y no a quien labora cuando quiere o puede. Se supone que quien esté en dicha forma de gestión no estatal vive de lo que obtiene en ese ejercicio», resalta.

Acerca de la categoría de alto confort o clásico, dice que desde la segunda decena de septiembre se informó a los interesados que les correspondía dirigirse a la base de Taxicuba con vistas a determinar la competencia técnica de los equipos, entre otros requisitos. De cumplirlos recibían la carta de aceptación para continuar con los trámites en los departamentos municipales de Transporte.

Si nos guiamos por  algunos entrevistados, quizá en esa clasificación es donde menos ocurren situaciones embarazosas. Yoansy Pérez afirma que las informaciones llegaron correctamente por varias vías. «Lo principal para cualquier modalidad –expresa– es tener el carro en buen estado».

No obstante, parece que Noel Cruz sangra por la herida. Señalando el cuño identificativo, plantea que lleva dos años «agenciado».

«Creo –acota– que hay muchos ilegales, y nosotros tenemos que pagar todos los meses mucho dinero (600 cuc) al Estado y debemos hacer malabares para trabajar porque los ilegales se llevan a los clientes por menos precio. Espero que con las regulaciones esto cambie, que les pongan a ellos la regla. Yo trabajo con turistas y con cubanos, siempre que me paguen lo que vale la carrera».

BUSCANDO EQUILIBRIO

Para el  ingeniero José Conesa González, director general de la dgt en la capital cubana, la intención del experimento de taxi rutero es buscar el equilibrio, en el cual «todos ganemos, que la población más necesitada pueda acceder más a dicho servicio, que el transportista obtenga remuneración y que el Gobierno cuente con más orden y disciplina en este tipo de actividad».

Acerca de la anarquía que ha primado en cuanto a precios y distancias coincide en que hay quienes cobran diez y 20 pesos hasta por una cuadra, y solo piensan en ganar dinero a cualquier costo, con el carro en mal estado y la consiguiente sobreexplotación del equipo, con riesgo para la vida de los pasajeros y de ellos mismos.
–¿Puede hablarse de una modalidad más protegida?

–Cada una tiene sus particularidades, aunque en la de taxis rutero es donde más se ha tratado de buscar la moderación mencionada. Por eso está prevista la venta del litro de diésel, el que más usan, a dos pesos (CUP), además de neumáticos y baterías al precio minorista con un 20 % de descuento. Igualmente podrán acceder, a costos diferenciados, a los servicios auxiliares en los talleres de la Empresa Provincial de Transporte, como la solución de ponches, fregado, revisión, chapistería y pintura.

«En el ordenamiento del servicio de los tpcp transportistas se previó tal modalidad para, en lo posible, lograr un acercamiento mayor de este servicio a la población, y no el híbrido que  pretenden y claman algunos, de continuar dando la prestación de forma libre, que se les expenda el combustible a dos cup y mantener el cobro a “oferta y demanda”».

–Pero hay muchas opiniones respecto al costo del combustible.

–Hasta ahora el combustible, la principal materia prima de los transportistas, ha salido del robado al Estado, aunque en su declaración de impuestos ellos no dicen que lo compraron  a un precio «x» en el mercado ilegal, sino en los servicentros de Cupet y en base a esto se les han considerado sus gastos.

«¿Por qué ahora la preocupación?, si lo que van a cumplir es lo establecido y era lo que supuestamente hacían. Solo que ahora ese consumo queda registrado porque para la adquisición del combustible están obligados a tener cuentas bancarias asociadas a tarjetas magnéticas emitidas por Fincimex s.a. Eso también se llama control y disciplina tributaria, a lo cual no están habituados. El precio diferenciado igualmente es para la gasolina de motor, diez cup, la regular a 13 CUP y la especial a 16 CUP.

«Se estima la obligación de un consumo mínimo anual, distribuido por meses, según el tipo de medio y su capacidad. Para determinar el gasto mínimo posible se partió de la modelación real en 23 rutas, la cantidad de viajes posibles a realizar en una jornada laboral y los índices de tipo de consumo de combustible por medio».

–¿Por qué tantos cuestionamientos sobre los impuestos a pagar?

–Nos han llegado comentarios de que a quienes presten el servicio en taxis rutero, se les van a cobrar 36 cup por cada litro de combustible consumido y no es así. En la base de cálculo para los impuestos se tiene en cuenta que cada litro gastado genera una ganancia mínima de 36 CUP y de esta cantidad solo paga el 10 % mensualmente, es decir, el tributo asciende a 3,6 CUP.

–Además del adecuado estado técnico, ¿existe otra condición para no aprobar un servicio?

–No. Con sus documentos en regla el transportista puede elegir el servicio que desee. Solo que muchos han optado por el de alto confort o taxis libre, pero suspenden porque no reúnen los requisitos de la revisión técnica. Son un peligro potencial en la vía.

–¿Qué se establece para los dueños  de vehículos que no poseen licencia de conducción?

–Para ellos, la citada resolución  contempla la modalidad de arrendador y quien opte por esta opción solo puede tener un tpcp contratado como chofer. Da la posibilidad de 16 horas de trabajo para el medio de transporte y facilita, a tono con la ley, las distancias a recorrer en caso de un servicio interprovincial o nacional.

«Aquí radica uno de los conflictos de los transportistas, porque dicen tener que volverse magos para sacar el dinero del dueño del carro y el de ellos.

«La forma y cuantía del pago entre el arrendador y el arrendatario se fijan entre las partes, si bien legalmente el régimen de trabajo y descanso es uno solo, el establecido en el Código de Trabajo.

«Lo aconsejable es que el arrendador  saque sus cuentas, pues aunque las ganancias ya no serán las mismas, siempre tendrá, y de no realizar un convenio más justo se verá en la disyuntiva de reducirlas, so pena de, a la corta o a la larga, perder al chofer».

–¿Cuántos transportistas están acogidos a las modalidades?

–La cifra tampoco es representativa respecto a los que pasaron la revisión técnica. A 19 días de iniciado el experimento, 11 se acogieron a la modalidad de taxi rutero, 302 a la de taxi libre, y 195 para alto confort.

«Por otra parte, se ha continuado fortaleciendo el servicio con los ruteros en medios estatales, servicio complementario y necesario, a partir de la demanda insatisfecha que existe en la población y en las mismas rutas previstas para los privados, y ya suman 20 líneas que trasladan como promedio diario a más de 50 000 pasajeros.

«Un servicio no suple al otro. Todos pueden coexistir respetando el llamado al orden, la disciplina y la legalidad».

Tomado de Granma.cu